domingo, 2 de septiembre de 2018

McMinnville: los negativistas, con las manos atadas.


He aquí el primer eslabón conocido de una larga cadena de testimonios gráficos que resultan altamente comprometidos para cuantos niegan o dudan de la existencia ovni.

El 11 de mayo de 1950, entre las 7:30 y las 7:45 de la tarde (hora local), la señora Trent daba de comer a sus conejos. La granja de Paul Trent se levanta a cosa de 18 kilómetros al SO de la ciudad de McMinnville (Daytona), en el estado norteamericano de Oregón. (123º 19' 50" longitud Oeste y 45º 06' 15" latitud Norte).
Se trata de una zona eminentemente agrícola, elevada unos 70 metros sobre el nivel del mar y con viviendas alejadas entre sí varios centenares de metros.


Aquella tarde hacía frío. El tiempo se presentaba húmedo, con una capa de nubes a unos 1500 metros. La señora Trent, como digo, se hallaba en aquellos momentos en el patio trasero de la granja, al sur de la vivienda y al este del garaje, cuando vio «aquello». Su marido -según declaró- estaba en el interior de la casa.

«Comencé a gritar a mi marido -Cuenta la señora Trent-, pero no me oía. Así que corrí hasta la casa. Paul hacía no sé qué en la cocina. Salimos al exterior y el objeto seguía alli, hacia el NE.»

El matrimonio pensó casi al unísono en sacar unas fotos, y el señor Trent se lanzó hacia el coche. Fue su mujer quien le recordó a gritos que no, que la cámara fotográfica se hallaba en la vivienda.
Por fin, Paul tomó su máquina, cargada con un rollo de película pancromática y que, curiosamente, estaba allí desde el pasado invierno...

«En aquel momento no me di cuenta de las fotos que quedaban por hacer. Luego supe que sólo restaban cuatro disparos para concluir el carrete ...»

El propietario de la granja se echo la cámara a los ojos e hizo la primera toma ...

«Bobiné el film tan rápido como pude -prosiguió Trent- y, al intentar la segunda toma, me di cuenta que el ovni había cambiado su posición. Ahora se movía hacia el norte, aumentando su velocidad.
que no tuve más remedio que girar hacia la derecha .. »

Afortunadamente, Paul Trent lograría un segundo disparo. No hubo tiempo para más. El ovni se alejó, desapareciendo. 


Plata y bronce

 

Los testigos describieron el objeto como «un paracaídas de gran tamaño al que le hubieran sacado las cuerdas». Era de color plateado y bronce y muy brillante, con ese toque ligero como de bronce en su parte inferior. El matrimonio insistió mucho en esta diferenciación de tonalidades: plateada en la parte superior del objeto y dorada o bronce en la inferior.

«Me recordó el cromado de los taparruedas -describió Paul-, aunque no tan brillante.»

Entre uno y otro disparo transcurrieron unos 30 segundos, según estimación del fotógrafo. En ese lapso, el ovni siguió moviéndose muy lentamente, sobre volando el lugar, para luego cambiar su curso y orientación de forma algo compleja. Modificó su dirección, ladeándose justo antes de alejarse.
La señora describió este movimiento como un «ondulamiento y no como una rotación"

«Al hacer el primer disparo -manifestó el señor Trent a los periodistas­ sentí como una leve brisa que parecía proceder del ovni ... Era leve ... , muy leve y desapareció cuando el objeto se hubo estabilizado.»

Ninguno de los testigos vio humo, escapes de gas o fuego, ni tampoco sintieron ruido alguno. Estos detalles son altamente significativos.
Al ver cómo el ovni se alejaba hacia el Oeste, la señora Trent penetró en la vivienda, con el propósito de avisar a su suegra, que dormitaba. Pero, al no recibir respuesta, regresó rápidamente al exterior, asistiendo en compañia de su esposo a la definitiva desaparición de la nave.

Según la señora Trent, aquel objeto podía alcanzar, como mínimo, 10 metros de diámetro. Ninguno de los testigos se arriesgó, sin embargo, a pronunciarse respecto a la velocidad del mismo, así como a la distancia a que pudo estar de su casa.
Unos tres días después, el rollo quedó impresionado en su totalidad. Era el Día de la Madre. Poco después, las copias y negativos se encontraban en poder del matrimonio Trent. ¡Allí aparecía la extraña máquina ...!
Y a pesar del sensacional documento, la familia Trent prefirió no darle publicidad al asunto. Mostraron las fotografías a un reducido grupo de amigos y ahí quedó todo. Paul Trent llegó a comentar «que temía las molestias con el Gobierno y los posibles disgustos con los periodistas».

Pero, como suele ocurrir, uno de los periodistas terminó por conocer la noticia. Bill Powell, del Telephone Register de McMinnville, supo de las fotografías a través de dos banqueros de la ciudad: Ralph y Frank Wortman. Y se interesó por la historia. Visitó a los testigos y, a la hora de solicitar los negativos, se produjo una escena que dice mucho en favor del testimonio y del absoluto desinterés de la pareja Trent. ¡Los negativos no aparecían por ningún lado!
Después de una búsqueda tan intensa como desesperada -en la que llegó a participar el propio reportero-, los dos negativos aparecieron bajo un sofá. Después de jugar con ellos, los hijos del matrimonio los habían abandonado bajo un sillón ..

El 8 de junio de 1950, el Telephone Register publicaba la historia y ambas fotos en primera página.
En la información podía leerse la siguiente nota del editor:

« ... En vista de la variedad de opiniones e informes acerca de los platillos durante los dos años anteriores, se ha hecho todo lo posible para determinar si las fotografías obtenidas por los Trent son o no auténticas. Expertos en fotografía han declarado que no existen huellas de trucaje en los negativos. Las fotografías fueron reveladas y copiadas por una firma local. Luego de una cuidadosa consideración no parece que las fotos sean trucadas, por lo que las consideramos auténticas.»

Por supuesto, muchos de los residentes en la ciudad de McMinnville se ofrecieron para atestiguar acerca de la buena fe y honorabilidad de los testigos.
Poco después, y a través de los periódicos, agencias de noticias y de la revista Life, el avistamiento y las fotos de los Trent daban la vuelta al mundo.
No obstante, y a pesar del gran valor de este documento gráfico, los granjeros de Oregón no han sacado partido económico o publicitario del asunto. Al contrario, parece como si aquel incidente de 1950 no les hubiera afectado.

Algunos años más tarde, la tristemente célebre Comisión Condon -encargada por las Fuerzas Aéreas USA para el "definitivo esclarecimiento de los ovnis"- tomó cartas en el caso McMinnville (informe Condon, estudio de casos fotográficos, capítulo III, caso 46, págs. 396 a 407). Ante la sorpresa general -no olvidemos que el mencionado Comité Condon tuvo "sumo cuidado" en desprestigiar y sepultar a la casi totalidad de testigos y testimonios ovni-, los especialistas de dicha Comisión declararon que los negativos de los Trent no fueron manipulados.

Gracias a un densitómetro pudo determinarse igualmente que el cielo aparecía más brillante en las fotos hacia el lado Oeste, tal y como sería de esperar que ocurriera después de la puesta de Sol. Las fotos fueron hechas hacia las 7:30 de la tarde y el Sol se había ocultado en aquel día a la 7:15. luz crepuscular pudo durar hasta las 8:45 p.m.
Quedó igualmente descartada la hipótesis de una maqueta lanzada al aire por el testigo. La clave está, precisamente, en la ausencia de rotación en el ovni.

Los expertos pudieron comprobar que el tope de la antena o torrecilla -perfectamente distinguible en la segunda fotografía- está ubicado a la izquierda del centro del objeto. En la primera fotografía este tope ocupa exactamente la misma posición. Esto habría sido sumamente improbable si el objeto hubiera estado rotando sobre su eje, lo cual confirma la aseveración de los testigos al respecto. También es un argumento fuerte contra la hipótesis de «trucaje por lanzamiento de una maqueta», ya que el acto de lanzar dicha maqueta al aire implica la necesaria rotación de la misma. Esto habría hecho improbable que la antena o torrecilla ocupara exactamente la misma posición en dos fotografías consecutivas.
Otra confirmación de la autenticidad de los hechos procede del examen del lugar de los acontecimientos. Al reconstruir !a trayectoria seguida por el ovni -y puesto que el objeto salia por la izquierda y podía ser tapado por el edificio cercano- el señor Trent tuvo que moverse hacia la derecha, con el fin de poder seguir observándolo. La sucesión de los dos clichés confirma este movimiento por parte del testigo.
Tras una exhaustiva serie de experiencias de tipo fotométrico, geométrico, físico y psicológico, el Comité Condon, en fin, concluyó su investigación con la siguiente afirmación:

«Es uno de los pocos informes sobre ovnis en el cual todos los factores estudiados, ya sean geométricos, psicológicos y físicos, están en perfecto acuerdo con la hipótesis según la cual un extraordinario objeto volante plateado, metálico, en forma de disco, de unos 10 metros de diámetro y evidentemente artificial, fue observado por dos testigos.»

Después de comparar el brillo del ovni, y tras otros análisis, mucho más profundos, los expertos de la Comisión Condon llegaron a asegurar que aquel artefacto podía hallarse en el momento de las fotografías a unos 400 metros de distancia. Demasiados metros, sin duda, para tratarse de una maqueta lanzada a mano o colocada en no se sabe qué clavo invisible en pleno firmamento ..

Las conclusiones del Comité Condon sobre las fotos de McMinnville -teniendo en cuenta las viciadas condiciones y circunstancias en que fueron enfocadas sus investigaciones- resultan muy, pero que muy notables...
Por supuesto, los «negativistas» e hipercríticos no se han atrevido a rechistar. Estamos, pues, ante uno de los casos que demuestra, y bien a las claras, la existencia ovni... y algo más.


Las dos fotografías obtenidas por Trent en McMinnville (Oregon) en 1950. Son las primeras fotos-ovni consideradas "auténticas".

Ampliaciones de las dos fotos del ovni de McMinnville. Su forma discoidal es nítida.
El fotógrafo Paul Trent


No hay comentarios:

Publicar un comentario