miércoles, 15 de agosto de 2018

"Bolas de fuego" y "aviones fantasmas".



        Aunque estas misteriosas "bolas de fuego" o "foo-fighters", como son denominadas entre los investigadores, ya fueron observadas en la época de los dirigibles y en los años previos a la primera guerra mundial, es a partir de 1930 cuando empiezan a ser detectadas con mayor frecuencia. Y otro tanto sucede con los célebres "aviones fantasmas", cuyas apariciones se prodigan especialmente hasta 1940.
        El término"foo-fighters" fue inventado en realidad durante la segunda guerra mundial por los pilotos norteamericanos. ("Foo": corrupción inglesa de feu "fuego" en francés y fighter "avión de caza" en inglés).



        Con estas palabras -"cazas de fuego"-, los pilotos de uno y otro bando designaron a las desconocidas bolas de fuego que avistaban constantemente durante sus vuelos de combate. Los aliados pensaron que se trataban de armas alemanas. Pero al concluir la contienda unos y otros quedaron perplejos al comprobar que tales y supuestas "armas secretas" no eran propiedad de ejército humano alguno. Los alemanes reconocieron que disponían de innumerables informes sobre observaciones de estos mismos "foo-fighters".

        Hoy, todos los estudiosos del tema ovni saben que esas "bolas de fuego" forman parte del complejo entramado de los "no identificados". Han sido vistos y fotografiados con posterioridad -y ofreceré algunos ejemplos en auténtica primicia mundial- y se seguirán viendo...
        Pero antes de proseguir con esta interesante época, he aquí -en síntesis- un testimonio sobre las famosas "bolas de fuego", ocurrido en 1919, en plena primera guerra mundial.
        El pionero en la investigación ovni -Harold T. Wilkins- nos ha dejado constancia de un caso vivido por su propio hermano, Gordon Wilkins. Este era entonces soldado al servicio del ejército inglés y se encontraba en Salisbury Plain. He aquí parte del relato:

    "A principios de enero de 1919, como a las 8 de la tarde yo y otro hombre de mi grupo regresábamos a nuestro campamento. Habíamos salido a inspeccionar una vieja iglesia en Figeldean. De pronto me sorprendió ver en el cielo, en dirección oeste, hacia Netheravon, tres extraños globos de colores rojo y naranja, a una altura aproximada 900 metros. Parecían linternas que emitían una luz muy intensa. Mientras las observaba, comenzaron a flotar hacia abajo y de pronto, se desvanecieron. El famoso monumento prehistórico de Stonehenge se hallada a algunas millas al sur. Ahí había un aeropuerto y un campamento de la Artillería Real Británica. Sin embargo, esa noche no hubo ninguna actividad militar. El hombre que se encontraba conmigo no se sorprendió ya que evidentemente los había visto antes.
Al notar mi asombro dijo:
-Deben venir del aeropuerto militar de Boscombre Down.
    Pensé que eso era muy poco probable ya que no existían aviones capaces de lanzar este tipo de globos. Ni tampoco existía un aparato que lo pudiera hacer.
    En esa época, tres meses antes del armisticio, la mayoría de los campamentos militares, así como los aeropuertos, habían comenzado a movilizar a sus hombres y aviones. Ciertamente, cuando observé a esos globos, no se veía ni se oía avión alguno. En aquel llano cubierto de monumentos prehistóricos y túmulos neolíticos, el aire estaba tan callado como la muerte. En el silencio y la oscuridad. la aparición de ese extraño fenómeno fue de los mas sorprendentes que he visto en mi vida, causándome gran temor.
    Y deseo llamar la atención sobre el hecho de que mi compañero había visto ese mismo fenómeno por lo menos cuatro veces en 1917 y 1918. De ahí que no se sorprendiera, ya que evidentemente, él los había tomado en forma incorrecta supongo, por artefactos de la Real Fuerza Aérea o de la Armada Británica."


Otro misterio por resolver.


        Pero fue entre 1930 y 1940, como decía anteriormente, cuando tuvo lugar en el mundo la desconcertante "oleada" de "aviones fantasma". Miles de ciudadanos en Australia, América Latina y Estados Unidos fueron testigo del paso de estos "objetos volantes no identificados". Los informes y noticias que aparecen en cientos de periódicos de todo el mundo los describen como "aparatos de color gris desprovistos de toda señalización y desafiando olímpicamente todos los sistemas de defensa sobre los países sobre los que vuelan..."
        Esa "oleada" fue detectada con mayor intensidad en los países de la Europa nórdica.
        Estos misteriosos aparatos, en ocasiones singularmente anticuados y a veces demasiado futuristas para aquella época, no respondieron jamás a los mensajes ni a las órdenes, aunque, de vez en cuando emitían frases incomprensibles. Ningún signo exterior en sus fuselajes pudo permitir su identificación. Hasta hoy, todas las investigaciones llevada a cabo han demostrado categóricamente que "no podía tratarse de aviones o armas de guerra o reconocimiento de ninguna base terrestre conocida".
        Fueron atacadas por frecuencia por los aviones y artillería de Suecia y Noruega, pero nunca sufrieron daño aparente alguno. La mayor parte de las veces aparecían cuando las condiciones climáticas resultaban pésimas y hasta sumamente peligrosas. Cuando las tempestades de nieve y las borrascas, por ejemplo, derribaban a los mas potentes aviones militares, los aparatos "fantasma" sobrevolaban sistemáticamente los citados países, como si se encontraran en plena misión de reconocimiento. Es curioso reseñar que, aunque parecían fuertemente armados, jamás atacaron a los aviones de caza nórdicos.
        Los pilotos que pudieron verlos y perseguirlos cuentan como, en ocasiones, los "aviones fantasma" emitían n poderoso rayo de luz "que no apuntaba a ninguna parte"...
        ¿Cuál era el origen y la naturaleza de estos objetos? Nadie ha podido averiguarlo aún. Y dudo mucho que alguien lo consiga.
        Se llegó a hablar -¡cómo no!- de alucinaciones colectivas. La indignación de los pilotos y de los testigos en tierra no tuvo límites. ¿Desde cuando las alucinaciones pueden fotografiarse?.
        Se llegó a pensar igualmente que podría tratarse de armas supersecretas, enviadas por el ejército alemán para espiar las bases de Europa del Norte. Después se supo que -tal y como ocurría con las "bolas de fuego"-, los observadores del Ejército Rojo y del Reich recibían así mismo la visita de los aparatos grises. Y tanto rusos como alemanes creyeron que se trataba de aviones espías, lanzados por los ingleses o norteamericanos.

        Terminado ya el año 1933, estos aparatos empezaron a prodigar sus apariciones . El Dagens-Nyheter de Estocolmo menciona la observación de un objeto semejante en el cielo de Kalix el 24 de diciembre hacia las 18 hrs. El periódico especificaba que las condiciones climáticas eran especialmente malas: nevaba, la visibilidad era pésima y las estaciones meteorológicas registraban aquella tarde enormes borrascas de viento en altura. Por supuesto, ningún avión había despegado desde la once de la mañana. Los que conocemos los países nórdicos sabemos de la tremenda violencia de estas tormentas y de los gravísimos riesgos que suponen para la navegación aérea la formación de hielo en los planos, las fortísimas rachas de viento o las tormentas de nieve. Ningún piloto -y mucho menos en aquella época- se hubiera arriesgado a volar.

        Pues bien, el "avión fantasma" fue visto por cientos de personas. Y parecía como su sus posibles "pilotos" no se preocuparan lo mas mínimo por la tempestad.
        El objeto era algo mayor que un avión comercial y uniformemente grisáceo. No llevaba marcas o emblemas exteriores.
        Dio vueltas y vueltas durante algún tiempo sobre la ciudad, alejándose finalmente hacia el nordeste.
        El 28 de diciembre fue señalada la presencia de este avión -o de otro idéntico- por encima de Langmo Vesfn y de Tarnaby, en Noruega. El 30 de diciembre dos automovilistas percibieron un aparato de las mismas características. Esta vez el avión seguía el mismo camino de ellos. Descendió hasta unos 100 metros del suelo, emitiendo un potente gruñido -muy regular- y sin señalización alguna en su fuselaje. Esto tenía lugar en Suecia, a unos tres kilómetros de Gällivare. El domingo 31 de diciembre, hacia las cuatro de la mañana, en una noche especialmente nítida, el señor Olaf Hedlund vio "un enorme avión gris" que sobrevolaba el ferrocarril de Sorsele. El aparato llegó hasta la ciudad, efectuó una media vuelta perfecta y súbitamente detuvo su motor. Aquel mismo día unos aviadores suecos recibieron la orden de dar caza a uno de estos "aeroplanos" -como entonces se les denominaba-, que merodeaba desde hacia varias veces sobre la región de Lapland. Dos pilotos lo vieron y salieron en su persecución. Cuando los ocupantes del "avión fantasma" se percataron de la presecencia del "caza" sueco, aquel aceleró bruscamente, perdiéndose hacia el nordeste.
        Los pilotos que le perseguían convinieron en que ning+un avión conocido en aquella época podría mostrarse capaz de tales velocidades y aceleraciones.
        En 1934 siguieron prodigándose aquellas misteriosas apariciones. Los "aviones fantasmas" preocupaban de tal forma a los estados mayores de los ejércitos del aire sueco y noruego del 30 de abril de citado año, el general Reutesward, comandante en jefe de la región militar de Norvland, en Suecia, hizo la siguiente declaración a la prensa internacional:

"Comparando estos numerosos informes, no hay duda de que se produce un tráfico aéreo ilegal e incontrolado por encia de alguna de nuestras zonas militares secretas. Hay cantidad de testimonios de personas dignas de crédito que han tenido ocasión de observar esos aparatos voladores no identificados, a veces incluso muy de cerca. En cada caso aparece características idénticas: ningún signo o marca de identificación podía observarse sobre las máquinas. Es absolutamente imposible explicarlo con el argumento de que es pura imaginación de los testigos o por una especie de psicosis colectiva alucinatoria. La pregunta es, por lo tanto, la siguiente: ¿quienes son esos misteriosos pilotos y porqué oscura razón han invadido nuestro espacio aéreo?".

        Solo en una ocasión, según mis noticias, parece ser que pudo ser visto uno de los tripulantes de estos "aviones fantasmas". El hecho ocurrió así:
        El 23 de enero de 1934, el carguero noruego Tordenskiold abandonó el puerto de Kabelvag para dirigirse a Tromsö. El capitán Sigvard Ulsen y toda la tripulación vieron de pronto como un extraño aparato se acercaba al navío. Era un aparato provisto de un potente proyector, que en pocos minutos barrió con su luz toda la cubierta y el puente. Era gris, como todos los demás, sin ningún signo distintivo. Pero esta vez si vieron al "piloto".
        Ulsen lo descubrió como un hombre

"cubierto con una capota, a menos que fuera una especie de anorak. Llevaba unas gafas enormes y su cabeza iba cubierta por una especie de capuchón, insólito, como no llevan nuestros aviadores...".
        El aparato evolucionó durante unos minutos alrededor del carguero y después desapareció tan súbitamente como se había presentado.
        ¿De dónde venía? ¿que pretendían esos aparatos grises y misteriosos?.
        Nadie, como digo, ha podido responder a este enigma.

        A partir de estas fechas, los ovnis -en las mas variadas formas y tamaños, individualmente o en formaciones- fueron observados ya con gran frecuencia en todo el mundo. En 1947, precisamente el piloto Kenneth Arnold "tropezó" con una de estas "escuadrillas" ovni, naciendo la desafortunada terminología "platillo volante"...



Avión soviético Kalinin K-7, de 1933.

Avión soviético Polikarpov tipo 10. Los rusos quedaron muy alarmados al conocer las "maravillas" de que eran capaces estos llamados "aviones fantasmas".
 
        Por aquellas fechas, ni los aviones norteamericanos o rusos habían logrado la autonomia y velocidades que fueron registradas en los "aviones fantasmas". Veamos algunos ejemplos: el modelo de EE.UU. Lockheed 9D Orión (1931) tenía una autonomía de 901 kilómetros, con una tripulación de cinco personas. Su velocidad de crucero era de 293 kilómetros a la hora. El Gee Bee R-1 (1932), otro avión norteamericano, alcanzaba los 476.7 kilómetros a la hora. En 1933 surge la gran revolución: el Boeing 247, norteamericano, con dos motores. Este modelo voló por primera vez el 8 de febrero de 1933. A finales de junio, la compañia tenía ya 30 unidades volando en las líneas mas prestigiosas de los Estados Unidos. Su velocidad de crucero fue de 249 kilómetros por hora y una autonomía de 781 kilómetros. En 1934 aparece el Northrop Delta (EE. UU.) con 322 km/h y capacidad para dos pilotos y siete pasajeros. Ese mismo año los Estados Unidos fabrican uno de los primeros aviones de combate modernos: el Curtiss A 12 Shrike. Su revestimiento era enteramente metálico. Se construyeron 46 aparatos, que permanecieron en servicio durante dos años. Tenía un "techo" de 4618 metros y una velocidad de 252 km/h.
        En cuanto a los modelos soviéticos, las velocidades, techos operativos, capacidad, etc, resultaban muy parecidos. En 1931 surgió el Tupolev ANT 14, con 1200 kilómetros de autonomía y 195 kilómetros por hora. En 1932, el Tupolev ANT 9/M-17, con un techo de 4500 metros. En 1933 aparece el potente Kalinin K-7, de seis motores, y una potencia global de 4500CV. Tenía 53 metros de envergadura, tres cañones y seis ametralladoras. Un accidente en vuelo, ocasionado por debilidades estructurales, destruyó el primer ejemplar, provocando el abandono del proyecto. En 1934, la URSS construye su "caza" Polikarpov I-15, muy veloces y manejables y que recibieron su bautizo de fuego en la Guerra Civil Española. Llegó a 10000 metros y a una velocidad máxima de 360 kilómetros por hora.
        Ninguno de estos aparatos, con ser los mas "sofisticados" de la época, podía soportar las tormentas, alturas y velocidades a que se enfrentaban los "aviones fantasmas" que fueron vistos en numerosas ocasiones en los países nórdicos.

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